Invertir en pantallas para el aula que completen las soluciones tecnológicas existentes
El mundo ha cambiado. Educar en un mundo en el que el distanciamiento social es prioritario a corto plazo implica un cambio tecnológico que también puede requerir nuevas tecnologías.
El mundo ha cambiado. Educar en un mundo en el que el distanciamiento social es prioritario a corto plazo implica un cambio tecnológico que también puede requerir nuevas tecnologías.
¿Sabías que, según HolonIQ, en 2018 el mercado educativo global gastó 142.000 millones de dólares en tecnología digital? Es una gran inversión. Se prevé que esta cifra aumente a los 342.000 millones de dólares en 2025, una cifra aún mayor, aunque sigue siendo inferior al 5% del gasto total en educación. Con tantas aulas que ya cuentan con tecnología digital, la inversión adicional para actualizarlas conforme a los requisitos exigidos a las aulas puede ser un reto.
Aunque parece una gran idea sustituir la tecnología actual disponible e invertir en una solución nueva y completa, es poco probable que los presupuestos lo permitan (a menos que deban revisarse). Así que, la pregunta es ¿cómo incorporar las últimas tecnologías, con la flexibilidad necesaria para adaptarse a las necesidades de profesores y alumnos en el futuro, sin arruinarse?.
Tecnología flexible: una inversión a largo plazo
La tecnología seguirá adquiriendo una importancia cada vez mayor en el proceso de aprendizaje. Seamos realistas, cuando un alumno entra en el mundo laboral, es muy probable que tenga que estar totalmente familiarizado con la tecnología.
En la actualidad, con el aprendizaje híbrido y semipresencial muy presentes, la pantalla interactiva del aula es un elemento esencial. Sin embargo, aunque las pizarras digitales e incluso las pantallas interactivas lanzadas al mercado en los últimos años han llevado el entorno educativo a una era digital, se han ido quedando anticuadas conforme han evolucionado las necesidades educativas.
Además, la tecnología en el sector educativo ya no es simplemente una herramienta de enseñanza, sino que también es un factor decisivo para los padres y alumnos a la hora de elegir su colegio, instituto o universidad. Es fundamental ofrecer los mejores entornos de aprendizaje para que los alumnos, desde la guardería hasta la universidad, desarrollen su potencial. Elegir una solución de calidad y obtener el máximo retorno de la inversión nunca ha tenido tanta importancia.
Adaptación a las necesidades del aula: T-Line de Philips
En febrero de 2020, PPDS presentó la T-Line de Philips. Una pantalla táctil interactiva destinada al sector educativo y diseñada con las aportaciones de docentes y alumnos a fin de resolver sus frustraciones con las tecnologías existentes, la T-Line sitúa las pantallas para educación a la altura de los requisitos actuales, incluida una pizarra interactiva, la compartición inalámbrica de la pantalla y las videoconferencias. De este modo, la pantalla táctil para el sector educativo se equipara a las pantallas utilizadas en los entornos corporativos y prepara a los estudiantes para el futuro mientras aprenden.
La T-Line de Philips, disponible en tamaños de 65, 75 y 86 pulgadas, incorpora una amplia gama de funciones y prestaciones listas para su uso y capaces de transformar cualquier espacio educativo en una fuente de inspiración e interactuación.
Al funcionar con un sistema operativo Android, también es increíblemente flexible. Puede funcionar con el software elegido por el profesor, lo que ofrece una familiaridad casi universal, y si hace falta nuevo software, incluye acceso a i3LEARNHUB, que permite acceder a una amplia gama de nuevas herramientas educativas y de colaboración, diseñadas para ayudar a los profesores a crear contenido personalizado, inspirador y con multitud de funciones para presentar durante las clases.
La T-Line de Philips cuenta con una verdadera interacción multitáctil, así como con tecnología de alta velocidad y un revestimiento de cristal optimizado para ofrecer una experiencia de escritura de alta calidad, permitiendo que varios estudiantes interactuar físicamente con la pantalla (20 puntos táctiles) de forma simultánea, ya sea con las manos o con un lápiz de varias puntas. La pantalla también puede conectarse con un teclado y un ratón.
Para garantizar que los estudiantes tengan siempre la mejor visión de la pantalla, T-Line (que se ejecuta desde una conexión inalámbrica segura) permite conectar hasta 64 usuarios al mismo tiempo con su propio dispositivo personal directamente a la pantalla, ya sea en el aula o en su propia habitación. Además, en la pantalla el trabajo se pueden compartir hasta cuatro dispositivos de alumnos a la vez. Es la opción perfecta para el aprendizaje híbrido y semipresencial
Comparte contenido sin cables con Chromecast integrado: B-Line de Philips
En algunas aulas, no se necesita una pantalla interactiva. Si este es tu caso, opta por una pantalla que permita compartir fácilmente el contenido, ya sean presentaciones, contenido online, vídeos o música, de forma inalámbrica y sin necesidad de utilizar accesorios extra.
La B-Line de Philips, disponible en tamaños de 50", 58", 65", 70" y 75" y está certificada por Google y Crestron, con Chromecast incorporado. Está diiseñada para compartir contenido de forma fácil, segura e inalámbrica desde cualquier dispositivo, sin necesidad de hardware adicional ni tiempo de configuración, apta para todos los sistemas operativos.
La detección de Hotplug por HDMI también permite realizar conexiones por cable, con conmutación automática entre los dispositivos conectados. Todo ello garantiza interacciones más fluidas, rápidas y específicas sin distracciones técnicas.
Para saber más sobre las soluciones de visualización flexible que complementan la tecnología existente en un centro educativo u obtener más información, ponte contacto con el responsable de ventas de PPDS.